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Después de leer el post «El poder de la comunidad » escrito por David Sanz en El mundo player, he estado pensando en la influencia que como personas con opinión y organizadas a través de redes sociales podemos tener en determinados productos, compañías, campañas, etc. y cómo determinadas actitudes, pensamientos u opiniones que reflejamos como colectivo, en por ejemplo un blog, etc. pueden variar determinadas acciones.

Pero también me he estado preguntando hasta qué punto el colectivo no es manipulable, y determinadas marcas, compañías… se pueden aprovechan de la influencia y protagonismo de las redes sociales o medios de difusión para generar polémica en relación a sus productos, acciones, marcas, servicios y por lo tanto lograr una campaña publicitaria masiva de un modo «poco habitual». Este tipo de actitudes tiene como nombre «marketing viral».

Sin embargo, aun teniendo en cuenta esta posibilidad o actitud, se me antojaría difícil de controlar/ reaccionar ante determinados “virales”, puesto que las personas/ usuarios que componen las redes siempre van a intentar opinar, polemizar, debatir ante cualquier asunto…. y ahí está en gran medida la riqueza y el poder de las redes sociales, el ser un medio libre de opinión, expresión y participación. Así pues el aprovechamiento de estos canales sociales para generar publicidad positiva o negativa puede tener éxito en ocasiones pero quizá en otras se convierta en un fenómeno que invierta el tipo de marketing deseado puesto que la “utilización” de las redes sociales e incluso de las opiniones y reacciones de las personas  con este fin, puede no tener como resultado el esperado.